El rio Jarama discurre en sus inicios como límite natural entre Madrid y Guadalajara, a la altura del famoso Hayedo de Montejo, se adentra en la provincia de Guadalajara, volviendo a entrar en Madrid donde se unen las aguas del rio Lozoya, formando un amplio y fértil valle conocido como el Valle del Jarama.
El acceso al Valle del Jarama es muy sencillo, ya que solo basta con arrancar en la A-1 (Madrid-Burgos) y elegir la salida 46 a El Vellón, el municipio más meridional de la Sierra Norte. El término posee varios caminos rurales como el caminillo del Canal y diversas sendas que favorecen la práctica de actividades deportivas al aire libre, ciclismo, hípica, senderismo... Relajantes paseos para la recogida de frutos silvestres (setas, espárragos, moras y endrinas), la observación de aves, el estudio y catalogación de especies botánicas o el coleccionismo de minerales de gran surtido. Visita su Atalaya Musulmana y la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, del siglo XV. Dentro del municipio se ubica El Espartal, que conserva su carácter rural y singular belleza, donde podemos visitar la Iglesia de Nuestra Señora de la Concepción y su pila bautismal del siglo XVI. Destacamos entre los festejos y tradiciones de la localidad, San Blas, la Fiesta del Pan y Queso, la Virgen del Rosario y la Virgen del Pilar.
Desde El Vellón y siguiendo por la A-1 en sentido norte, tomamos el desvío (salida 51) a Torrelaguna, pero antes de llegar a esta, pasamos por Redueña, enclave único anclado a las estribaciones de la Sierra, y cuyo trazado permanece casi invariable desde el siglo XIX. En la parte más elevada encontramos la Iglesia de San Pedro Ad Vincula, que data del siglo XIV, con perfiles barrocos y renacentistas. En la plaza del pueblo, discurre una senda sobre el camino del Canal de Isabel II que une Redueña y Venturada que esta señalizada y adaptada para discapacitados. Los festejos y eventos destacados son el Santísimo Cristo de la Salud y Santa Lucía.
Llegamos a Torrelaguna, localidad más relevante de la comarca, al ser cabeza de partido y que contó con gran esplendor desde finales del siglo XV, puesto que el Cardenal Cisneros, nacido en la localidad, contó con una enorme influencia en la época. Fue en estos años cuando se construyeron los principales elementos arquitectónicos como la Iglesia de Santa María Magdalena, la Abadía de las Concepcionistas Franciscanas Descalzas, el Palacio de Salinas, el Palacio de Arteaga, la portada de la casa de Los Vargas y el Convento de las Carmelitas, entre otros. El término municipal está surcado por nueve vías pecuarias, el río Jarama y numerosos arroyos y canales de abastecimiento del Canal de Isabel II. Estos últimos son siete, y el más antiguo es el de la Parra (año 1853). Además de sus rutas culturales y de su vasto patrimonio, son recomendables los paseos y recorridos ecuestres para no perder el contacto directo con la naturaleza. De las fiestas y tradiciones queremos destacar, las Cruces de Mayo, la Romería de Santa María de la Cabeza y la fiesta de la Virgen de la Soledad.
Seguimos y, a tan solo cinco kilómetros por la M-102, llegamos a Torremocha de Jarama, aunque influenciada por Torrelaguna, ha crecido en los últimos años por su incipiente eclosión de polígonos agropecuarios y artesanos. La localidad posee una esmerada arquitectura tradicional y cocederos del vino, como un elemento singular y emblemático de Torremocha. Atravesada por el Canal de Cabarrús del siglo XVIII, una de las primeras infraestructuras del Canal de Isabel II, cuenta con los restos de ésta; el puente de hierro o de la Charcuela de origen romano, así como otras edificaciones dignas de mención, la Atalaya romana del Teorreotón, la antigua Fábrica de Harinas, la Iglesia de Santiago Apóstol, con sus pinturas románicas, el Museo de la Agricultura y la sala de exposiciones Torrearte Cultura sede de talleres artesanos y exposiciones. De sus tradiciones y festejos destacamos, San Isidro Labrador y la Virgen de los Dolores. En octubre, se celebra la Feria de Artesanía acompañada de actividades culturales. Torremocha ofrece siete rutas para disfrutar de su entorno natural e histórico como la de las Calerizas, las Minas o la ruta de las Campiñas.
Volvemos a la M-102 y llegamos a Patones de Abajo, que junto a Patones de Arriba forman el municipio de Patones. El de Abajo, de reciente creación, cuenta con una amplia cobertura de servicios en contraposición con el de Arriba, enclave declarado Conjunto Histórico de Interés Cultural, lleno de historias y leyendas como la del "Rey de Patones", donde la tranquilidad de su emplazamiento y la conservación de la arquitectura tradicional de pizarra, hacen de la localidad una visita más que obligada. Patones cuenta, además, con la Presa de Pontón de la Oliva (primera presa del Canal de Isabel II sobre el Lozoya, de mediados del XIX), numerosas construcciones del Canal de Cabarrús y la Cueva del Reguerillo, declarada Monumento Histórico Artístico por sus pinturas rupestres, el Yacimiento arqueológico del castro Dehesa de la Oliva, asentamiento humano ya desde el paleolítico, el Ecomuseo de la Pizarra al aire libre, la antigua Ermita, hoy oficina de turismo, el Museo-Aula Geológica o la presa del Atazar.
También en Patones podemos disfrutar de paseos por el término municipal como la Senda Ecológica de El Barranco y contemplar otros elementos como la Ermita de la Virgen de la Oliva (siglos XII ó XIII), de la que aún permanecen en pie el ábside y el primer tramo de la nave. Si te gusta la escalada o la espeleología, Patones cuenta con espectaculares paredes verticales o galerías interminables con gateras, laminadores, pozos... Y como no, sus fiestas y eventos, Nuestra Señora de las Candelas con su procesión de las antorchas y la fiesta de San Juan.
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