Itinerario lineal de 11,6 km entre El Berrueco y Patones de Arriba, de dificultad moderada con algunos desniveles relevantes, que se recorre en unas 4 horas y 30 minutos.
El Berrueco es uno de los pueblos con mayor patrimonio natural y artístico de la zona, con antiguos restos como los de un puente romano y una atalaya de época musulmana.
Situada junto al Ayuntamiento, la picota es el elemento más representativo de este municipio. Este rollo o columna de gratnito era signo de jurisdicción penal y lugar de exposición pública para vergüenza y escarnio de los ajusticiados o de los reos. Su existencia se remonta al año 1000 como columna y a partir del siglo XVI como picota.
Este museo constituye un auténtico viaje del potencial hidráulico del Embalse de Atazar en el tiempo. Las instalaciones e infraestructuras realizadas se muestran mediante maquetas a gran escala y paneles informativos.
Su construcción, en varias fases, comenzó en el siglo XIII, sobre un pequeño templo o ermita mudéjar y desde su mirador podemos disfrutar de una de las mejores vistas de la sierra. Tiene una torre de planta cuadrada y tres cuerpos de altura con ventanas de medio punto en cada cara. Pórtico de madera y un rollo sobre pilares de granito (SXVII). La portada, de estilo románico-mudéjar, está formada por tres arcos de medio punto con dovelas de piedra, impostas con capitel de ladrillo y enmarcado con alfiz sobre parámetro encalado. En su interior destaca la pila de agua bendita con gallones renacentistas.
La atalaya de El Berrueco del s. X - XI, también conocida como atalaya de Torrepedrera, es una torre-vigía de origen musulmán, que formaba una línea defensiva y de comunicación ante las incursiones cristianas, conocida como la Marca Media de Al-Ándalus.
Los tinados estaban destinados a cobijar los rebaños de ovejas y cabras. Eran cabañas ganaderas formadas por un corral con una puerta de acceso donde se elegían los animales para su ordeño y una zona cubierta con un pequeño zarzo para evitar que se escaparan. Dentro de la parte cubierta estaban los pesebres donde se echaba la comida de los animales.
Los arrenes son construcciones rectangulares realizadas a base de pizarra, de muro alto y sin cubierta ni divisiones internas. La característica peculiar de los arrenes es la ausencia de puerta. Los cercados tenían la misma estructura pero de mayor tamaño. Los arrenes y cercados servían para sembrar el cereal y luego meter al ganado a que se lo comiera o segarlo para echarlo a los pesebres.
El lavadero y la fuente datan de principios del siglo XX. La conocida como Fuente Nueva, de 1908, tenía la función de acercar el agua a los vecinos de Patones.
La antigua iglesia de San José era en 1653 una ermita con campanario hecha con piedra y cal. Un siglo después se convertiría en Iglesia (1753) y la vicaría permanente tuvo que esperar hasta principios del siglo XIX.
Antes de que los vecinos bajaran a vivir a Patones de Abajo, la iglesia de San José contaba con tres retablos, el Mayor, el del Carmen y el de las Candelas. También, había imágenes de San José, Cristo de la Cruz, Virgen del Carmen, San Isidro, San Antonio y un cuadro de la Inmaculada.
Patones de Arriba es un pequeño y tranquilo núcleo de población de gran belleza, declarado Bien de Interés Cultural. Se ubica en un llamativo un entorno natural y destaca por sus pintorescas callejuelas enlosadas y construcciones típicas de la arquitectura negra, hechas de pizarra, madera, adobe y teja árabe.