Recorrido a pie desde el Real Monasterio de la Concepción, pasando por el Convento de San Hermenegildo y las Mercedarias Descalzas, hasta finalizar en el Antiguo Convento de Nuestra Señora de la Visitación.
Longitud: 1,3 km. Tiempo: 1 h.
Se trata de la iglesia del antiguo Monasterio Real de la Concepción, más conocido como el de las Comendadoras de Calatrava. Los orígenes de este convento se remontan a 1623, cuando las religiosas de la Orden Militar de Calatrava se trasladaron a Madrid procedentes de Almonacid de Zorita (Guadalajara). El convento fue derribado durante los años de la Revolución de 1868, quedando en pie únicamente su iglesia, construida entre 1670 y 1678 según las trazas de Fray Lorenzo de San Nicolás, aunque fue terminada por Isidro Martínez y Gregorio Garrote. Es de planta rectangular, una nave con capillas laterales y cúpula de amplias dimensiones. Los magníficos retablos son obra de José de Churriguera. La fachada a la calle de Alcalá fue reformada en estilo neorrenacentista según proyecto de Juan de Madrazo y Kuntz. Estuvo a punto de ser destruida en 1870, cuando se derribó el convento, y se salvó debido a la intervención del general Prim.
La iglesia que vemos en la actualidad perteneció a un convento desaparecido de carmelitas descalzos dedicado a San Hermenegildo, que ocupaba los solares de la calle de Alcalá donde se construyó el antiguo Teatro Apolo y posteriormente el Banco de Vizcaya. Fue fundado en 1586 por fray Nicolás de Jesús y María, más conocido con el nombre del Carmen Descalzo por estar habitado por religiosos de dicha orden, que en 1836 fueron expulsados durante la desamortización de Mendizábal. Hubo un primer templo del siglo XVII que fue derribado al concluirse el hoy existente, situado paralelo al actual. En 1730 se encargó a Pedro de Ribera la construcción del actual, terminado en 1748 por José de Arredondo y Fausto Manso. La iglesia es un claro representante del Barroco madrileño. En la fachada hay un nicho central con una imagen de Nuestra Señora del Carmen que realizó el escultor Roberto Michel. En el lado izquierdo del crucero se encuentra la capilla dedicada a Santa Teresa, cuya planta es semejante a la de la iglesia del convento de las Comendadoras. El altar mayor conserva un retablo neoclásico con columnas corintias. El ingreso a la iglesia se realiza a través de un bello pórtico con tres grandes vanos que da lugar a un nártex cubierto por interesantes bóvedas. La fachada sigue los esquemas de Ribera. Al aprobarse el proyecto de la apertura de la Gran Vía hubo que reformar la fachada, elevándola sobre unas gradas por la diferencia de rasante. Se construyó entonces el contiguo edificio conocido como la "Casa del Párroco".
Conocido como las Góngoras, fue fundado en 1663 por Juan de Góngora, ministro del Consejo de Castilla, sobre unas antiguas huertas del duque de Frías.
Felipe IV encargó a Fray Manuel de San Juan Bautista y Villarreal realizar la primera iglesia, inaugurada en 1665. El convento ocupa casi toda la manzana y se distribuye en torno a un claustro central. La fachada es de factura neoclásica por la restauración realizada en 1775 por José de la Ballina, y decorada con los escudos mercedarios. El impresionante y recargado retablo barroco está elaborado en madera, imitando colores y texturas del mármol y del bronce. Aloja las imágenes de la Immaculada Concepción, Santa María de Cervelló y la beata Mariana de Jesús, todas de Juan de Mena. El edificio fue declarado Bien de Interés Cultural en 2012.
Se creó por iniciativa de la reina doña Bárbara de Braganza para instalar en España a las monjas de la orden de la Visitación, con la intención de que, además del convento, se estableciera un colegio para niñas nobles. El complejo estuvo formado por el templo, el monasterio, múltiples dependencias y jardines que llegaban originalmente hasta el paseo de Recoletos y la calle de Génova. El proyecto se encargó a Francisco Carlier, pero fue Francisco Moradillo quien dirigió las obras e introdujo algunas modificaciones. De todo el conjunto, lo que se ha conservado intacto es la iglesia, de planta de cruz latina con una sola nave, crucero y amplia cabecera. Destaca su rica decoración interior. Los altares laterales, el retablo mayor, el púlpito y hasta el pavimento fueron encargados a grandes artistas del último barroco. Los sepulcros de los reyes, Fernando VI y Bárbara de Braganza, fueron esculpidos por Francisco Gutiérrez siguiendo diseños de Sabatini, obras fundamentales de la escultura neoclásica española. Las escalinatas de acceso al templo son obra de Miguel Durán. En 1870 las monjas fueron expulsadas para destinar el convento a Palacio de Justicia. El edificio sufrió dos graves incendios, el peor de ellos en 1915, que apenas afectó a la iglesia pero destruyó casi por completo el Palacio. Fue entonces reconstruido por Joaquín Rojí con un proyecto que fue premiado en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1926.