3,3 KM
Recorrido a pie por los monasterios y conventos más destacados de la ciudad complutense, desde el Colegio Máximo de la Compañía de Jesús hasta el Convento del Corpus Christi. Tendremos la oportunidad de visitar el interior de algunos de estos edificios. Longitud: 3,3 km. Tiempo: 1 h y 30'.
Fue fundado en 1546 por Francisco de Villanueva, uno de los primeros seguidores de Ignacio de Loyola. El fundador de los jesuitas lo dirigió desde el principio y posteriormente con el apoyo de mecenas como Doña Leonor de Mascareñas y Doña María y Doña Juana de Austria. A principios del siglo XVII, se trasladó a su actual ubicación de la calle Libreros. En la actualidad es la sede de la Facultad de Derecho de la Universidad de Alcalá de Henares. La iglesia se comenzó en 1567 con trazas originales del jesuita Bartolomé de Bustamante, aunque su construcción fue dirigida por Francisco de Mora y su sobrino Juan Gómez de Mora, terminándose en 1625. Las esculturas de la fachada son de Manuel Pereira. En el interior se conserva el magnífico retablo de Francisco Bautista y la Capilla de las Santas Formas, construida en 1718. Se levantó para conmemorar el milagro de las veinticuatro formas consagradas que no se descomponían nunca. La gran cúpula se decora con soberbias pinturas murales de Juan Vicente de la Ribera, de 1699.
La Iglesia y el Colegio de la Compañía de Jesús constituyen uno de los conjuntos monumentales más importantes de la ciudad, similar en extensión al del Colegio Mayor de San Ildefonso. Su construcción se inició en 1567 siguiendo los proyectos de Bartolomé Bustamante. Las obras se reanudaron en 1602 con la intervención de Juan Gómez de Mora, finalizando en 1620. La disposición del templo sigue el modelo de la Iglesia del Gesù de Roma, al igual que su fachada, obra de Gaspar Ordóñez bajo la dirección de los arquitectos Francisco de Mora y Juan Gómez de Mora.
Este convento, que en origen perteneció a la Orden Tercera de San Francisco, fue fundado por Catalina García en 1670 como colegio de doncellas. En 1837 se le añadió un oratorio y en 1906 la comunidad decidió adherirse a la Orden de Santa Clara.
Este lugar es, además, parada obligatoria para aquellos que quieran adquirir las famosas almendras garrapiñadas de Alcalá que elaboran las monjas.
En este lugar yacen los restos de grandes figuras vinculadas a la Universidad de Alcalá, como Antonio de Nebrija, Pedro de Gumiel o el “divino” Vallés, médico de Felipe II.
Las obras, dirigidas por Pedro de Gumiel, finalizaron en 1510. El templo es uno de los mejores ejemplos del denominado “estilo Cisneros”. Cuenta con un artesonado de carpintería mudéjar realizado por Alonso de Quevedo y una profusa decoración de yeso en sus muros.
En su interior se conserva el espléndido cenotafio de Cisneros, obra maestra de la escultura clasicista del Renacimiento español realizada en el taller de Carrara de Bartolomé Ordóñez en 1519.
Fue construido inicialmente como Colegio-Convento de Agustinos Descalzos de San Nicolás de Tolentino. Tras la exclaustración el edificio pasó a manos particulares, derribándose el chapitel y la linterna de la iglesia a mediados del siglo XIX. En la huerta se levantó una plaza de toros con tendidos y palcos de madera, en 1840, siendo el primer coso taurino estable y cerrado de Alcalá. Posteriormente fue adquirido por Doña Modesta Martínez, que lo cedió a la comunidad de religiosas franciscanas de San Juan de la Penitencia, fundada por el Cardenal Cisneros en 1508. La iglesia es del siglo XVII y responde al modelo del barroco complutense, con la fachada ligeramente retranqueada para facilitar su contemplación.
La iglesia del convento de San Cirilo de carmelitas descalzos fue trazada hacia 1595 por el arquitecto carmelita Fray Alberto de la Madre de Dios, cuya sobriedad compositiva y economía de medios la relacionan con los modelos más esquemáticos diseñados por el arquitecto real Francisco de Mora, con quien trabajaría años más tarde en la Encarnación de Madrid y en algunos de los edificios religiosos de la villa ducal de Lerma.
La iglesia del complejo monástico, cuya fachada mira a la plaza de las Bernardas, es de planta ovalada con seis capillas y una soberbia cúpula, la mayor de su clase en España, que cubre la elipse del espacio central. Se trata de una obra cumbre del barroco Complutense que fue diseñada por Juan Gómez de Mora para albergar una comunidad de religiosas cistercienses, por orden del cardenal Sandoval y Rojas en 1617. En la capilla mayor se sitúa un retablo baldaquino trazado por el jesuita Hermano Bautista, que por su estructura tumular, ha sido relacionado con ciertos modelos empleados en la arquitectura efímera del barroco.
El oratorio se constituyó en 1694 como centro pastoral con dedicación a los estudiantes y a la ciudad. Es de estilo barroco tardío y su interior cuenta con planta de salón, bóveda de cañón y cúpula elíptica sobre el altar. En el siglo XIX, durante el saqueo de las tropas francesas, se quemó el retablo; sustituido por un retableo fingido, de Manuel Laredo, que también fue destruido durante la Guerra Civil. Actualmente hay un trampantojo de estilo neoclásico, obra de Chordi Cortés. En el altar mayor se expone una talla de santa Teresa de Jesús atribuida a Gregorio Fernández y otra de san Felipe, junto con dos cuadros: la “Glorificación de san Felipe Neri”, de Juan Vicente Ribera y un “Calvario”, de Mariano Salvador Maella.
Fue fundado por Doña Juana de Mendoza y Zúñiga en 1590. El primitivo convento se encontró enseguida con la oposición de las demás órdenes religiosas ya instaladas en Alcalá de Henares. En 1604 la congregación ocupó definitivamente el actual edificio, un palacio renacentista de 1529 donado por don Carlos de Mendoza. En la fachada sobresale la portada plateresca, aunque lo más interesante del convento es el magnífico claustro, antiguo patio del palacio y un modelo de gran éxito en la arquitectura renacentista complutense en el que se armonizan en un mismo conjunto escalera y patio porticado.
La fundación se remonta a 1481 en que el presbítero Sancho Martínez deja en su testamento sus casas para construir un hospital para peregrinos, enfermos y pobres. Al no llevarse a término, se instalaron en ellas unas jóvenes que constituyeron un beaterio bajo la advocación de Santa Librada. El arcipreste Fernando Díaz de la Fuente solicitó del papa Inocencio VIII el paso del beaterio a la Tercera Orden regular de San Francisco, siendo concedido en 1487. La Comunidad se trasladó a un nuevo monasterio, el de Santa Clara, terminado hacia 1525.
Tiene su origen en las casas que funda el colegio en 1613 y posteriormente es el propio Francisco de Caracciolo el que llega a Alcalá con la intención de tener una casa para adoctrinar a los jóvenes religiosos. En 1622 se finaliza la construcción del colegio, consagrándolo a San José. Se trata de un edificio de que se organiza alrededor de dos claustros separados por una amplia escalera imperial cubierta por una cúpula barroca elíptica. En 1984, el conjunto del colegio, junto con otros edificios que habían pertenecido a otras órdenes religiosas y que habían acabado perteneciendo al ejército pasan a manos municipales para ser destinados a usos docentes. El ayuntamiento destina parte de la huerta perteneciente al convento a la construcción de un edificio para Archivo Municipal y cede el colegio e iglesia a la Universidad de Alcalá.
El edificio fue proyectado por un tracista desconocido hacia 1625. Se organiza en torno a un claustro cuadrado de dos plantas y a una gran iglesia con cúpula sobre el crucero. La Iglesia se eleva sobre el nivel de la calle gracias a una escalinata que permite la formación de una cripta ocupada por enterramientos. Responde al esquema que, codificado por Juan de Herrera y su discípulo Francisco de Mora, conformó el tipo de Iglesia propia del Siglo XVII. En 1996 sufrió una profunda rehabilitación por parte del Estado y de la Universidad de Alcalá.
El Convento de Santa Úrsula de Alcalá de Henares lo fundó el canónigo de la Catedral Magistral, Gutierre de Cetina, para religiosas concepcionistas franciscanas y data de 1574. La fachada principal, en la calle de Santa Úrsula, es un bello ejemplo de la arquitectura del siglo XVI. La iglesia fue levantada en el último cuarto del siglo XVI en un estilo mudéjar tardío. Consta de una sola nave cubierta con magníficos artesonados de madera con trazado geométrico en lazo de a ocho y sin policromar. En 2018 se reconstruyó el primitivo retablo barroco de la iglesia.
El Convento de Agustinas de Santa María Magdalena, también conocido como Santa María la Mayor o Nuestra Señora de la Consolación, fue fundado en el siglo XVI como casa de acogida para mujeres y para luchar contra la prostitución que surgió en Alcalá por la densa población estudiantil. Funcionó en un principio como Casa de Acogida y contó con la protección del cardenal Gaspar Quiroga. Posteriormente cambió su ubicación y se convierte en clausura de monjas agustinas entre 1668 y 1672, a iniciativa de don Andrés de Villarán. En su interior se encuentra la imagen de la Virgen de las Mercedes, que es la patrona de la ciudad. La talla es una copia de la anterior talla renacentista.
Situada junto a las ruinas de la iglesia de Santa María, destruida en 1936, fue fundada como panteón familiar de don Pedro Díaz de Toledo, oidor del rey Juan II de Castilla. Ha perdido sus magníficos alfarjes de madera policromada y los sepulcros del fundador y su familia pero guarda en su interior, rodeada de blancas yeserías góticas, la pila bautismal donde fue cristianado Miguel de Cervantes en 1547.
Actualmente acoge la Oficina Central de Turismo de Alcalá.
Fue construido en 1750, en estilo barroco y planta hexagonal, con una gran portada que incluye una hornacina con la estatua del santo titular. Con la decadencia de la Universidad de Alcalá, desde 1803, se transformó en la Academia de Ingenieros de Alcalá de Henares, ocupando los conventos de San Basilio y de la Merced Calzada. En 1991 se inicia la rehabilitación del edificio y en 1996 lo compra la Universidad de Alcalá destinándolo a centro cultural.
Era conocido popularmente como de Afuera debido a que se situaba fuera del recinto amurallado de la ciudad, en la Puerta de Aguadores. El edificio, atribuido a Fray Alberto de la Madre de Dios, corresponde a la arquitectura madrileña del S. XVII. Fue fundado en 1591 por los condes de Castelar, pasando en 1614 al patronazgo de Beatriz de Diatrichstain, marquesa de Mondéjar.
Atesora una colección excepcional de obras de arte: un busto de la Dolorosa de Pedro de Mena. Dos urnas con bustos de la Dolorosa y el Ecce Homo del mismo autor. Una Inmaculada Concepción y una Santa Teresa de la escuela de Gregorio Fernández. Las Carmelitas de Afuera también guardan numerosos recuerdos de Santa Teresa de Ávila, como su báculo, forrado en plata, y catorce cartas autógrafas.
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