Se trata de un itinerario circular que, en unos 18 km y 90 minutos, permitirá recorrer las principales unidades de paisaje vegetal del Monte de Boadilla, ejemplo de encinar mediterráneo, y disfrutar de las vistas magnificas sobre el piedemonte de la sierra madrileña. Y sobre todo disfrutar de una actividad deportiva en la naturaleza a escasos kilómetros de la ciudad de Madrid.
Comenzamos la ruta junto al aparcamento del Palacio del Infante Don Luis. La senda nos llevará en línea recta hasta cruzar el punte sobre el arroyo del Nacedero. Después nos adentraremos en el bosque de encinas en continuo ascenso hasta alcanzar la cota de los 700 metros de altitud. Circularemos por el camino del Prado del Espino y en paralelo a la valla que delimita la urbanización Monte Príncipe. Ocasionalmente podremos disfrutar de las vistas sobre otras zonas del Monte de Boadilla e incluso al fondo la sierra de Guadarrama. Tras pasar el Hospital de Montepríncipe, el itinerario cambia bruscamente de dirección, en paralelo a la carretera M-513, hasta llegar al complejo deportivo municipal Ángel Nieto, donde cruzaremos la carretera por el paso inferior y tomaremos de nuevo dirección este hasta las inmediaciones del arroyo Vallelargo y la urbanización Las Encinas. Continuamos por una zona donde la vegetación arbórea está más desarrollada hasta llegar a la pisata, en paralelo a la carretera M-516, que nos llevará al punto de inicio por el cerro de la Mira.
Tras dejar el cerro de la Mira nos adentramos en el último tramo antes de llegar al punto de inicio, donde nos encontramos varios espacios rehabilitados en torno al Palacio del Infante Don Luis, como el estanque y la noria. Ambas estructuras, del siglo XVIII, componen el conjunto hidráulico mediante el que se abastecían de agua los jardines y las huertas. El primero servía como gran aljibe mientras que la noria, que extraía a través de un pozo el agua y la vertía en el estanque, se utilizaba para albergar la maquinaria, registros y arquetas de distribución del agua.
Justo antes de terminar el recorrido nos encontramos con el muro y las puertas que delimitan los jardines del Palacio del Infante Don Luis. Se trata de un conjunto que ocupa una superficie de siete hectáreas enmarcada dentro de un conjunto ajardinado de trazado regular dispuesto en tres terrazas, debido al desnivel del suelo, a las que se accede a través de escalinatas. A ellas se añaden una huerta y un parque agreste que prolongan la zona ajardinada integrando la arquitectura palaciega con la rural. La escritura de 1762 lo menciona como ya realizado pero es en 1776 cuando se da por concluido una vez que Manuel Álvarez finaliza la fuente de las Conchas. El diseño general de los jardines se atribuye a Ventura Rodríguez.