Partiendo desde el apeadero del kilómetro 15 de la M-601, un lugar perfecto para poder aparcar en la carretera que asciende al Puerto de Navacerrada desde Madrid, hay una valla y un cartel que marca el pinar de la Barranca, un precioso y frondoso pinar cerca de la localidad de Cercedilla. La ruta asciende por una pista forestal muy ancha y cómoda, sin ninguna dificultad. Al poco de comenzar hay una antigua fuente que proviene del arroyo del Judío, ideal para beber agua en días calurosos o para tomar fuerzas antes de acometer la ruta. Sea en verano o en invierno, salvo que esté nevada, esta zona es una de las más verdes de la sierra, con zonas de bastante sombra y tramos con cientos de helechos, perfecta para los días más calurosos. Desde el comienzo y prácticamente hasta el mirador de las Canchas, la ruta asciende por diferentes pistas forestales, algunas con vistas hacia la localidad de Cercedilla y otras más espectaculares hacia el embalse de Navacerrada. De fondo, los rascacielos de Madrid.

A unos 500 metros de la ruta, comienza la parte con más pendiente de la ruta, con unos 200 metros de subida, y que te deja directamente en ese paisaje tan llamativo del mirador de las Canchas, un balcón con vistas a las principales cimas de la sierra de Guadarrama. Una vez en el mirador, existen tres grandes carteles informativos que indican qué puedes ver, qué flora y qué fauna, así como el nombre de las cimas que estás viendo. El mirador está a unos 1800 metros de altitud, frente a cimas como la popular Bola del Mundo y a su derecha la colosal Maliciosa, una de las cimas más emblemáticas de la sierra de Guadarrama.