Como su nombre indica, el roble y la jara son dos de los protagonistas del pueblo, junto a madroños, fresnos, chopos y un entorno natural para disfrutar. La Iglesia de San Pedro Apóstol es el edificio con mayor atractivo, con una pila bautismal del siglo XVI. Pero si paseamos por el pueblo podremos ver el tradicional potro de herrar, los lavaderos abiertos y un pozo tradicional. El Museo de las Formas de Vida del Pasado realiza un viaje en el tiempo a un pasado no tan lejano mostrando el medio de vida de sus habitantes.

Área recreativa ubicada en un bosque de pinos, quejigos, encinas y álamos.

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El Embalse de El Villar nace tras la complicación que supuso la construcción del que había aguas abajo, en el Pontón de la Oliva, y que nunca llegó a funcionar a pleno rendimiento y por lo cual, se planteó embalsar aguas río arriba, en las puertas de un gran estrechamiento que en ese lugar sufría el río Lozoya. En este punto se construyó una presa abovedada que era todo un reto tecnológico y que llevo adelante el Canal de Isabel II de la mano del ingeniero Elzeario Boix. Entro en funcionamiento en 1873, tras cuatro años de trabajo.

Enclave junto a la carretera M-127 y cercano a la Presa del Villar, en el término municipal de Puentes Viejas.