Estas tabernas y bares centenarios continúan levantándose orgullosos en las calles madrileñas, ofreciendo desde caracoles a vermú de grifo, de soldaditos de pavía a un reconfortante cocido. Ha tenido que venir una pandemia mundial para que tiemblen sus férreos cimientos, asentados en el imaginario castizo de la capital.
Duración: 64 horas.