Se trata de una de las rutas que empiezan a ser clásicas del otoño. Los abedulares en la Sierra Norte son bosques-islas más propios de otras latitudes y que han permanecido en la Sierra Norte al abrigo de laderas y condiciones idóneas de humedad o temperatura. Esta ruta nos causará gran impresión debido a las diferentes tonalidades que van adquiriendo sus hojas, pasando del verde, a un amarillo muy característico y de ahí al marrón oscuro, por lo que a veces si estamos en época intermedia podemos ver en un mismo ejemplar las tonalidades verdes y amarillas. Estos bosques se acompañan de otras especies de hoja caduca, como los cerezos que adquieren un rojo muy intenso o robles y de otras de hoja perenne como los acebos que lucen un verde brillante ofreciendo un fuerte contraste con los tonos otoñales.